jueves, 28 de julio de 2011
UN LUNES DIFERENTE
domingo, 24 de julio de 2011
AVIA, ESE PEQUEÑO GRAN CAMIÓN ( I )
Nuestra historia se remonta en esta ocasión hasta 1923, cuando Jorge Loring, crea en Carabanchel Alto (Madrid) una empresa denominada Talleres J. Loring, destinada a la construcción de material aeronáutico. En 1934 se convierte en sociedad anónima y pasa a denominarse Aeronáutica Industrial S.A. (AISA). Hasta 1936 construye en serie y bajo licencia, aviones de reconocimiento Fokker-IV y de transporte Fokker F-VII-3BM. También proyectan y construyen aviones de diseño propio, de reconocimiento (Loring R-III) y de caza (Loring C-1), destacando la avioneta que realizó el raid Madrid-Manila pilotada por Rein Loring, la GF-1 proyectada por González Gil y Pazó y ganadora del primer premio en el concurso de avionetas convocado por la Dirección General de Aeronáutica y diversas versiones del autogiro de La Cierva. Tras la guerra se fabricaron prototipos en colaboración con el INTAET, construyéndose en serie las HM-1 y HM-9. También se repararon Savoia 79 y se contruyeron veleros Kranich y Weihe así como planeadores SG-38. Con el contructor francés Dewoitine se construye un planeador de enseñanza y un avión de enlace, el AVD-12.
Llega la contienda civil en nuestro país y tras trasladarse a Alicante y volver a Carabanchel Alto (Madrid) donde tenían su sede, continúan con la industria aeronáutica, realizando en mayo de 1942 el primer vuelo de la avioneta de entrenamiento AISA HM-1 "Periquita", que estaba basada en la AISA GP-1 de 1934.
(Avia 200, “pick up”)
Ese mismo año de 1942, AISA es calificada como Industria Aeronáutica Básica. En 1951 se crea la Oficina de Proyectos de AISA, denominada Iberavia. De aquí salen los aviones I-11B (de escuela elemental) y los I-115 (de enseñanza). También se investiga el rotor del helicóptero IH-51 y se fabrican las células de los helicópteros AC-12 y AC-14. Desde la firma de los acuerdos hispano-norteamericanos la empresa centra su actividad en revisiones de helicópteros.
Es desde 1957 cuando comienza con la producción de vehículos industriales que llevarán el nombre comercial de AVIA, creando una sección dedicada a la construcción de motocarros, aunque sin abandonar nunca la rama aeronáutica. El primero en producirse sería el Avia 200 de tres ruedas, que iba equipado con el motor Hispano-Villiers de 197 c.c. Además tenía transmisión directa, un diferencial del tipo Gleason, la horquilla hidráulica con muelles para la suspensión delantera y frenos hidraulicos para las ruedas traseras (las delanteras llevaban freno mecanico). Podía cargar hasta 500 Kg. y tenía una potencia de hasta 8,4 cv a 4000 rpm., siendo además el único autorizado para llevar a tres personas...todo un record para un motocarro. Tuvo una amplia difusión en su corta vida, ya que en 1963 desaparece prácticamente del catalogo de Avia. El Avia 200 podía ser botellero, butanero, cristalero, panadero, basurero, frigorífico, furgón, volquete, vehículo de extinción de incendios, etc.
(Prototipo del Avia 2500 presentado en 1960)
En 1.960, A.I.S.A. presentaba en la Feria de Muestras de Barcelona su camioneta Avia 2.500. Era un prototipo que se iría depurando hasta llegar al de serie que saldría en 1.961. La cabina era diseño de Pedro Serra, pero de la producción en serie se encargaría la firma Bosuga.
Antes de presentar esta cabina se ensayaron varios prototipos, incluso alguno con cabina atrasada con “morro” al más puro estilo americano, pero fue desechada en favor de la cabina avanzada.
Como curiosidad contar que la Oficina de Proyectos de A.I.S.A. contó para este proyecto con el asesoramiento del Departamento Técnico de ENASA-Pegaso, y es que hay que recordar que el INI tenia un 33% de participación en AISA.
(Versión definitiva del Avia 2500 presentada en 1961)
Al año siguiente (1.961) aparecería el modelo 2.500 en versión definitiva con la cabina bastante modificada. En este nuevo diseño, el conductor tenía mayor visibilidad y el motor era el Perkins de 61 cv, a diferencia del prototipo presentado que equipaba el Perkins P-4 de 54 c.v. A finales de este mismo año se presentaría el Avia 2500 Combi 1.
En la Feria de Muestras de Barcelona de 1962 Avia presentó un prototipo de camion agrícola. Se denominaba Avia 2500 R y montaba el motor Perkins P4/192 de 68 CV. La carga útil era de 1785 Kgs. para un PMA de 3.500 Kgs. Llevaba polea para el movimiento de otras máquinas auxiliares, y una curiosa cabina abierta con techo de lona. No se tiene constancia de que pasase a la producción en serie.
A partir de aquí comenzaría el desarrollo de una amplia gama de vehículos con diversas capacidades de carga, pero esto lo veremos en el próximo número.
Continuará....
miércoles, 20 de julio de 2011
PACIFIC M 26, EL PRIMER COLOSO (2ª Parte)
Continuando con el anterior capítulo dedicado a este camión americano, vamos a hablar en esta parte final de sus características mecánicas principales, así como de sus versiones y variantes.
Nos encontramos en líneas generales con una tractora de 21 toneladas de peso, una longitud de 7,72 mts, 3,32 mts de anchura y 2,90 mts de alto. Su cabina blindada, acogía en su interior a una dotación de 7 hombres, y contaba con unas trampillas abatibles en las ventanillas, que se cerraban en caso de estar en situaciones de combate. Unas pequeñas ranuras en las mismas, permitían disparar y tener una mínima visión al conductor. En la parte superior encontramos un afuste circular para una ametralladora M32 del calibre 50. Además de esto, la tripulación contaba con armamento ligero tales como ametralladoras Thompson, carabinas M1, granadas de mano y bengalas.
(La tractora M 26 con la pequeña grúa y la estructura abatible montadas)
El motor del Pacific era un monstruoso Hall-Scott 440 de gasolina, que ocupaba casi toda la parte delantera de la cabina, dejando tan solo a ambos lados, el espacio justo para el conductor y el copiloto. Este motor fue desarrollado originalmente en los años 30 como un motor marino, siendo el del Pacific una evolución del mismo. Cubicaba 1090 pulgadas cúbicas y tenía 6 cilindros en línea con las válvulas en cabeza, entregando una potencia de 230 CV, cifra nada despreciable para la época. Lo que más sorprende en este motor, además de su tamaño, es su consumo, nada más y nada menos que 200 litros de gasolina cada 100 kms en recorrido todoterreno y de 100 litros en carretera. Todo esto le permitía rodar a una velocidad máxima de 42 Km/h y alcanzaba una autonomía de 400 kms.
La tracción 6x6 se conseguía de una forma que podríamos llamar un tanto curiosa. La transmisión principal, a su salida del cambio, conectaba a éste con una caja de transferencias, que repartía la fuerza del motor a los diversos elementos que la demandaban, es decir del transfer, salía una transmisión que dotaba de tracción al eje delantero a través de su correspondiente grupo diferencial, una serie de pequeñas transmisiones auxiliares para los distintos cabrestantes; y por último una transmisión que conectaba con el diferencial trasero, y digo diferencial porque a pesar de que los dos ejes posteriores, eran motrices, era solo uno el diferencial que les transmitía la fuerza.
Esta curiosidad mecánica era posible, debido a que los dos palieres que salían del diferencial trasero, tenían en cada uno de sus extremos unas coronas dentadas (dos por cada lado) que transmitían el movimiento a las ruedas a través de cadenas y de otras coronas dentadas colocadas a su vez en los bujes de rueda, y es que este camión tenía tracción a cadenas en los ejes traseros. Esta solución que se nos podría antojar técnicamente desfasada en los años 40, fue consideraba por el ejército americano, como la idónea y más sencilla de mantener en un vehículo de estas características. La lubricación de dichas cadenas era muy rudimentaria, pues se conseguía, por simple caída por gravedad desde un depósito de aceite colocado en cada lado, y que tenía dos pequeños grifos para su salida.
(Detalle del sistema de tracción por cadena de los ejes traseros)
Respecto al equipo de rescate del camión, éste contaba con un cabrestante delantero con capacidad de arrastre de 18 toneladas, y con dos traseros ubicados tras la cabina, de 30 toneladas cada uno. La dotación tenía a su disposición numerosas herramientas para llevar cabo su tarea de recuperación, tales como un equipo completo de soldadura, compresor de aire, cadenas, sirgas, cables, gatos hidráulicos de 10 y 20 toneladas, poleas y así un largo etc. Tras la cabina, se podía montar una pequeña grúa que permitía elevar pequeños pesos, o simplemente cambiar una rueda. También llevaba en la parte posterior del chasis, una estructura abatible, que se podía colocar en distintas posiciones, y que permitía arrastrar y mover los vehículos recuperados.
Por su parte el remolque M 15, pesaba en vacío 17,5 toneladas, y era capaz de cargar 40, más que suficiente para los “Shermans” que eran los carros más comunes del ejército USA en la Segunda Guerra Mundial. Disponía de dos rampas abatibles y sus ruedas se podían desplazar horizontalmente a voluntad, lo que le permitía cargar carros que tuviesen diferentes separaciones entre las cadenas. Posteriormente, al entrar en servicio los carros pesados M26 “Pershing”, evolucionó en el M 15 A1, que tenía una rampa extra, y en el M 15 A2, con una plataforma más ancha.
(Vista del lado derecho del motor de un M 26 A1)
El principal defecto de este camión, fue el peso extra de la cabina blindada, que producía frecuentes averías en el eje delantero y el rápido desgaste de sus neumáticos. Estos inconvenientes, unidos a que rara vez se utilizaba el camión para recuperar vehículos bajo el fuego enemigo, hicieron que se desarrollase una cabina sin blindaje, lo que dio origen el modelo M 26 A1. Esta versión, pesaba 1,5 toneladas menos que el modelo original y evolucionó en el M 216 A2, que era idéntico al A1, pero con una instalación eléctrica modificada.
domingo, 10 de julio de 2011
SCANIA “V8”...EL PODEROSO
En el año 2009 se celebró el 40 aniversario de la aparición en el mercado de uno de los motores más reputados y apreciados entre los transportistas de todo el mundo, el V8 de Scania. Durante sus 42 años de existencia, este sueco ha demostrado ser una de los propulsores más fiables y duraderos del mercado, dotado de una respuesta y un sonido que lo hacen inconfundible. Todas estas razones han hecho que durante este tiempo se haya ganado una buena legión de incondicionales, y de fanáticos seguidores de estos motores.
(Motor DS14. V8 de 350 cv de 1969)
Scania lanzó su motor V8 de 14 litros (14,2 lts) y 350 CV a finales de los 60, concretamente en el año 1969. En ese momento, se ganó el título del motor diesel de camiones más potente de Europa y mantuvo ese título durante algunos años. Así, el motor V8 convirtió al camión Scania en el Rey de la Carretera.
Su desarrollo comenzó cuando en el mercado los motores existentes de la diferentes marcas, venían ofreciendo unas potencias en torno a los 200 – 250 CV. En aquel momento se pensaba que 250 CV ya eran demasiados, aunque los ingenieros de Scania-Vabis comprendieron que esa potencia no sería suficiente a largo plazo, especialmente para los transportes de madera y el transporte pesado de larga distancia, así que decidieron revolucionar el mercado de camiones, creando un “supermotor”.
Los modelos Scania LB140 tuvieron, rápidamente, una buena acogida. Combinaban alta potencia con una curva de par que facilitaba el uso a bajos regímenes del motor, una combinación muy deseada en un vehículo pesado. A muchos clientes les gustaba también el emblema V8, sumado al ronroneo típico e intenso del motor. Todo esto, unido a una fiabilidad y vida útil excepcionales, contribuyeron rápidamente a crear la leyenda del motor V8 de 14 litros.
Entre 1969 y 2001, se entregaron aproximadamente 170.000 motores V8 de 14 litros para su montaje en camiones, aplicaciones industriales y marinas, y unos 900 autobuses.
Desde 1969, se llevan entregados más de un millón de motores Scania V8. De ellos, se calcula que, como mínimo, 100.000 siguen en activo, todo un record.
Texto: Juan Antonio Estepa Rosado
Fotos: Scania Group.